julio 19, 2007

Mil kilómetros en menos de 24 horas: Al encuentro con la Carmelita.

Ya estamos en casa. Hemos reposado y repasado con mi querida esposa los momentos que viví el día 16 de julio en el Santuario Nacional de Maipú, junto a más de 70 Madrugadores, es la primera Madrugada en el Templo Votivo de Maipú, en reconocimiento de la declaración de feriado nacional del día del Carmen, deuda de gratitud para con la Reina de Chile.
Preparativos.
Es la tarde del domingo, compartiendo con la familia se va sintiendo un deseo de abandonar la “locura de Madrugar en Santiago” a las 7:00 horas de la mañana siguiente... ¿para qué, si voy a ir a hacer el loco?
Pero... era palabra de Madrugador, así es que fuera la modorra y nos preparamos: nos ataviamos con polera, polerón y gorro de Madrugador, recogimos el pendón de la comunidad, nos despedimos de la esposa y de cada uno de los hijos, a todos bendecimos y todos nos bendijeron y ya!!!, a la carretera se ha dicho. Eran ya las 21,30 horas y dentro de dos horas después debíamos abordar el bus hacia nuestro destino, en el intertanto contactamos a Roberto Seguel de la comunidad anfitriona, quien nos esperaría en el terminal para llevarnos a Maipú.

El viaje hacia la Mater de la mano de la Mater.
Estábamos en la carretera esperando movilización para ir al terminal cuando nos atrevemos ha hacer dedo, lo que no acostumbro y he aquí el primer regalo, se detiene un auto a cuyo conductor ubicábamos y nos lleva a las cercanías del terminal, en el trayecto hablamos del Templo Votivo y de los Madrugadores... quizá esté con nosotros la próxima madrugada. Grande Mater.
Claro que llegamos bastante temprano al terminal, faltaban aún 1,30 horas para la salida del bus. Nos disponemos a embarcar y, segundo regalo, cambiaron la máquina y en su lugar un bus semi cama, lo que auguraba un viaje placentero para poder estirar las “cañuelas” tan largo somos y viajar muy cómodos. Así fue, el espíritu ya se preparaba para el encuentro de la mañana siguiente por lo que no vimos la película de acción, que tanto nos gusta, y a dormir.
Despertamos entrando a Santiago, mi madre, a las 06:30 horas y le habíamos avisado a Roberto Seguel que llegaríamos a las 06:00 y él estaba a la hora indicada. Rápidamente nos subimos a su camioneta y a las 07:00 entramos al imponente Templo de Maipú.

La Madrugada
La santa Misa, presidida por el padre Carlos Cox y concelebrada por otros dos sacerdotes, cuyos nombres no retuve, fue casi solemne y muy simbólica. En el Altar, que es una tremenda mole de piedra o concreto, estaba el mismo crucifijo que permaneció en la mesa a la que se reunieron en aquél 18 de septiembre de 1810, mirando desde el Altar se veía un lienzo con la leyenda: Chile, tu alma es María. En el presbiterio y alrededor del Altar dispuestas las sillas en círculo nos esperaban a los asistentes, quienes entonando las canciones que nos son características, dimos comienzo a la Misa. Rescato de las lecturas, el pasaje del Evangelio referido a las Bodas de Caná.
















La homilía del padre Carlos, referida naturalmente a las circunstancias, tuvo pasajes que son dignos de recordar:
Siendo esta la primera vez que se celebra a la Virgen del Carmen como reina de Chile en un día feriado, no es casualidad que en el Templo votivo, erigido por el voto de los Padres de la Patria, la actividad que le da inicio a la celebración es una Madrugada y como recordatorio de los madrugadores de la libertad de la patria, el Crucifijo sobre el Altar es el mismo que presidía la mesa de aquél 18 de septiembre de 1810, con aquellos varones que empezaban a gestar nuestra independencia.
Varones que, como los madrugadores, no eran “quejones”, sino que frente a la adversidad buscaban qué hacer, porque el Madrugador no es un quejón, cada quince días presentan al Señor, a la Virgen, sus inquietudes del día a día, no quejándose, sino ofreciéndolas, buscando en la oración los designios de Dios frente a diario vivir.
Hizo presente, además, al padre Carlos, una de las características nuestras: De la Misa a la Mesa, porque de la oración comunitaria en la forma que le es particular a cada comunidad, se pasa al desayuno fraterno donde se acrecientan los vínculos.
Prosiguió, hoy como ayer, el Madrugador se eleva a la calidad de padre de la Patria porque rescata el ser varón, el que está dispuesto a dar su vida por seguir sus ideales, que al alba, entregándose a Dios, busca cumplir su misión en el día a día.
Debo agregar que, en un hecho que califico de honor inmerecido, los organizadores me solicitaron leer la Oración Universal, por lo que nuestra comunidad estuvo representada a la altura de las circunstancias.
Concluyó la Eucaristía, con la interpretación del Himno de Maipú que indudablemente sonó distinto en aquel Templo, como si todos los madrugadores de la patria nos acompañaban y resonaban sus acordes y voces en tan magnificente templo, incluso se dieron maña de modificar la estrofa inicial donde dice “Ando buscando un camino que sea como yo pienso” por “He encontrado un camino que es como yo quiero”. Grande Madrugador, Grande Chile, Grande la Reina de Chile.
Al salir, una diablada rendía su homenaje a la Carmelita.


El desayunáculo
Terminada la Misa, nos dirigimos, calle por medio, al salón en el que la comunidad de Maipú acostumbra a compartir el desayuno; sin embargo una gran sorpresa, al lado de éste existe una Capilla de la Mater, con una imagen de San José muy hermosa, antes de entrar a ella nos percatamos de la Ermita de la Mater y en el rincón opuesto, la Ermita del Padre. Sin duda la Sala de reuniones está en un lugar especialmente santo para los Schoenstattianos: nos sentimos de todas maneras en casa.


























Compartimos un franciscano desayuno, y pudimos saludar a varios madrugadores conocidos y entre ellos a Juan Enrique Coeymans, un schoenstattiano casi de la primera generación, más bien coetáneo de Mario Hiriat, lo que es un orgullo;





pudimos alternar además con Octavio Galarce, Ramiro Bravo, Gabriel González de Mar Adentro, quien gentilmente nos trasladó hasta el terminal, Roberto Seguel, Rafael Ojeda de Bellavista, a quien le dimos las coordenadas de la Hermana Ivonne,


Luis Ortíz de Nuevo Belén con quien recordamos a nuestra querida hermana Miriam de Castro. Fue precisamente en el desayuno donde se dio la noticia: Queda instituida oficialmente la Madrugada 16 de julio en el Templo Votivo de Maipú... el próximo no me lo pierdo... que hermosa locura.




Regreso a casa
Todo lo que empieza debe terminar, agradeciendo a Roberto Seguel por su gentileza, regresamos al centro de Santiago con Gabriel González, con quien compartimos una amena y trascendente charla.
A las 10 horas aproximadamente estábamos ya en el terminal, el día amenazaba lluvia, tomamos pasaje para las 11 horas y esperamos tranquilamente, aún con el alma en el pedazo de cielo que fue la madrugada.
Pero la Mater nos seguía sorprendiendo, al ir a embarcarme veo el mismo bus en el que nos habíamos venido a Santiago, nos subimos y nos dejamos llevar por Ella que nos trajo de regreso a casa.
Durante todo el trayecto la lluvia arreciaba, pero el viaje se desarrolló sin novedad, entramos al terminal de Collao y... la lluvia cesó, hasta que entramos a nuestra casa, donde las nubes volvieron a descargar su líquido contenido, Grande la Mater.

Colofón
Han pasado los días, pero ello no mengua la emoción que sentimos, incluso cuando comparto lo vivido no dejo de dar gracias a Dios por todo lo vivido, lo que ha significado para mí, verdaderamente Ella ha obrado milagros, como me lo ha hecho notar mi esposa, después de Maipú se nota un cambio, cambio que con el correr de los días he ido percibiendo, con una mayor paz interior, con un nuevo ardor, con la camiseta de la Madrugada puesta a flor de piel, parafraseando a Guillermo: me siento orgulloso de ser Madrugador, sí, con mayúsculas, porque siento que estamos llamados a grandes tareas, porque estoy conciente que nuestros hombros son débiles, porque no tengo la menor duda que María Santísima busca pequeños instrumentos para la tarea que comenzó con nuestro padre y fundador y que hoy quiere continuar con todos los que, a pesar de sus miserias, le dan un Si, Mater, contigo, aquí estoy para hacer Su voluntad.
Por último, tenemos un regalo que debemos compartir y ese es el Regalo de la Madrugada a la Iglesia, más que tareas apostólicas específicas o especiales, eso queda en el campo individual del madrugador, como comunidad tenemos que regalar la Madrugada en todas las parroquias, allí nos llama el Señor, luego cada madrugador que en esas comunidades participe irá haciendo los cambios interiores y comunitarios que tan urgentes son para volver el mundo Hacia el Padre...
Himmelwaerts... Hacia el cielo... Hacia el Padre va nuestro destino.

Con afecto y unidos en Cristo y María les abraza,


Luis David Esteban Giácaman Arce
Madrugador - Comunicador

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