noviembre 02, 2008

DOS DIAS DE AMOR Y UNA MADRUGADA INESPERADA

Con bastante retraso pero no por ello con menos vigencia, les comparto el siguiente testimonio:

Al comenzar: ¿Por qué no apagué el celular?

Ya está todo listo, los preparativos para viajar a Temuco al X Encuentro Internacional de Madrugadores han terminado y ahora sólo resta descansar, mañana asistiremos a la Santa Misa en Montahue, en la festividad de la Asunción de María Santísima...

... Alguien está llamando... no entiendo, estoy dormido... en mi celular... son LAS TRES DE LA MAÑANA!!!
- Lucho, estoy en el Colegio La Salle, golpeo pero nadie me abre...
- ¿Quién es?
- Lucho, soy Rodrigo...
- @ # // # (lo pienso pero no lo digo) Rodrigo, el encuentro es mañana, nadie te abrirá a esta hora
- Es que en los correos apareció que algunos ya se habían venido
- Sí, pero iban a casa de familiares... ¿Dónde vas a dormir?
- Me quedaré en la calle...
- Pero ¿dónde?
A esa hora en Temuco, al igual que en Concepción, el temporal arreciaba y realmente no entendía nada de lo que pasaba... traté de dormir de nuevo, pero no podía conciliar el sueño; lo llamé y volví a preguntarle ¿dónde vas a dormir? Me dijo que se iba a quedar dando vueltas... y así lo hizo, buscó cobijo en alguna saliente hasta que, según supimos después, el Carabinero de guardia en la Intendencia le ofreció refugio en la garita...
Somos Madrugadores, cierto, pero nunca tanto...
El incidente fue comentario obligado durante toda la jornada y debo reconocer que Rodrigo lo tomó con mucho humor.

El viaje
Salimos temprano, Dante, Arturo, Pepe y este servidor. El viaje fue grato, los dos experimentados se fueron conversando muy interesados, no les paró la lengua en todo el viaje, sólo les faltó la bolsa del tejido y habría sido un espectáculo... En el camino nos enteramos del percance que tuvo Roberto al salir, al percatarse que una de las ruedas estaba pinchada, lo que le retrasó un buen tanto, pero igual se dio maña para llegar justo al inicio de la Misa en la capilla del Colegio.

El arribo
Dimos prontamente con el colegio y nos inscribimos, a pesar de que les había enviado a los organizadores todos los antecedentes (estamos en Chile, pensé) llevé un par de torpedos con los inscritos y los pagos efectuados, de manera que ellos pudieron sin mayor problema formalizar la inscripción de todos y recibir los pagos pendientes. Nos enteramos que nuestro alojamiento estaría en el mismo lugar donde recibiríamos la alimentación, lo que me alegró mucho... (La alegría duró poco, hasta que pude apreciar las "comodidades" del hospedaje).

Los abrazos y el molesto acompañante
Se me hicieron pocos y estrechos los brazos para abrazar a tanto hermano que no veía desde un tiempo a esta parte, especialmente a los de Santiago, con quienes me habría gustado compartir en la Madrugada de la "Carmelita" a la que no pude asistir. Sin embargo, ni la calidez de los vínculos fue suficiente para repeler al acompañante más molesto de toda la jornada, su majestad el frío) (¿por qué no le habré hecho caso a mi esposa que insistía que me llevara un par de calzoncillos largos...?) Poco a poco fueron llegando todos y casi sin darnos cuenta estábamos iniciando la Santa Misa, presidida por Monseñor Camilo Vial, activo protagonista del encuentro, el P. Rafael Fernández y varios diáconos, entre ellos Pedro Flores de la Comunidad San Alberto Hurtado; la capilla se hacía estrecha para todos los asistente. La Misa fue muy emotiva, sobre todo en el momento que Miguel González, cabeza visible de los organizadores de este Encuentro, junto a su octogenario padre y madrugador de Montahue, Genaro González, presentaron en las Ofrendas, la imagen grande de la Virgen Peregrina de Schoenstatt (este fue el primero de varios momentos en que la Virgen Peregrina empezó a hacer guiños a los Madrugadores ¿qué querrá de nosotros?

Sorpresa y resignación
De la Misa a la mesa. Concluida la Eucaristía nos trasladamos en masa al Hogar Gabriela Mistral donde se verificaron todos los encuentros "alimenticios" de la jornada, aprovechábamos cada una de estas instancias para conversar con otros hermanos de comunidades lejanas... me reclamaban los míos que andaba aparte, ta' maire, si a ellos los veo todo el año y al resto sólo en ocasiones como éstas.
Terminó la cena y a descansar... eso pensábamos. Fuimos a reconocer cuartel y nos encontramos con los típicos dormitorios de internados locales, pero en este caso, además, una reja hacía de pared y por lo mismo un tremendo espacio, lógicamente muy helado (y eso que habían prendido dos salamandras), nos metimos al saco y unas amigas saltarinas empezaron a darnos una lata enorme... El amanecer fue muy temprano para poder lograr espacio en las duchas (7 por piso, a razón de tres dormitorios, es decir, las duchas tenían que ser de carrera y eso que no todas tenían agua caliente), a lo anterior, sorpresa, no había echado toalla y ya iba camino a la ducha... resignación: la camisa del día anterior hizo las veces de lo que no debe faltar en un viaje. En resumen, puro capitalñ de gracias, total, somos madrugadores y qué.

Madrugada y jornada
A pesar del tiempo transcurrido, permanecen en la retina y en la memoria las imágenes y momentos vividos. No hay palabras para describir la sensación, quizá lo que más se acerque a lo vivido es que nuestra corriente de vida es algo que impregna nuestros poros y traspasa la piel hasta llegar a lo más profundo de nuestro ser; no he participado en actividad humana varonil alguna donde experimente algo semejante, es simplemente la conciencia de ser protagonista de la historia donde el hombre, en su búsqueda insaciable de la verdad, encuentra el camino que lo lleva a Dios, fin último y supremo de nuestra existencia y por ello, y no en vano, nos identifica plenamente el llamado "Himno de Maipú" que en su estrofa inicial principia: "ando buscando un camino..." e indudablemente ese camino es María, quien nos lleva rápidamente al corazón de Dios, porque no hay otro que sea más expedito y seguro que ese.
La jornada de Temuco "Misioneros de Cristo, con María, para el mundo de hoy" se enmarcó dentro del hito que ha significado para la Iglesia de Amércia Latina, la Conferencia de Aparecida. En efecto, tanto en las intervenciones de nuestros panelistas como en los trabajos de comisiones e indudablemente en la vida desarrollada en estas verdaderas "48 horas de amor", el documento de Aparecida y su significado para la Iglesia de hoy, marcaron profundamente, no sólo el contenido de la jornada, sino que el punto de partida en la inflexión que en el tiempo se presenta, a partir de Temuco, para los Madrugadores.
Estamos llamados a ser protagonistas de la historia, no en una rememoración de los momentos emotivos, sino en la construcción de la comunidad nueva, porque a partir de la madrugada, se va gestando en nosotros el hombre nuevo. De esta forma, en María, con María, vamos construyendo los nuevos tiempos a los que nos exhortara desde hace 96 años el padre José Kentenich y que los Madrugadores, con sus peculiares características comunitarias, van haciendo suyas en el devenir de la historia.
Un hecho significativo rescato al final de este relato: la común unión de los Madrugadores y la imagen de la Virgen Peregrina; no sólo presidió nuestras celebraciones, sino que además, le fue colocado un Rosario labrado manualmente por un Madrugador de Montahue (Pepe Muga, que con su esposa han dado vida a una corriente que ha traspasado las fronteras de Schoenstatt para ir a la Iglesia y no sólo a nivel local, sino que ha llegado y pervive en el extranjero), esta imagen se ha trasladado al Santuario de Rancagua desde donde nació nuestra corriente y presidirá el próximo Encuentro Intergaláctico...

¿Qué quiere de los Madrugadores, la Virgen Peregrina?

A la conclusión, un vídeo con imágenes de la Jornada.


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