En un ambiente de recogimiento, en la Santa Misa presidida por el P. José Luis Roldán y la asistencia del diácono madrugador Pedro Flores, dimos gracias a Dios y a María Santísima por estas comunidades hermanas y la fecundidad que de ellas resulta.
Nos dijo Jesús: ¿Por qué me llaman Señor, Señor... si no hacen lo que les digo?
Esta interpelación de Jesucristo, Hijo de Dios vivo, nos remonta a su primera manifestación junto a María Santísima, en las Bodas de Caná y ella nos exhorta: "Haced lo que El os diga".
¿Qué es lo que nos dice el Señor?
Edifica tu casa sobre roca, así resistirás la fuerza de los tiempos y bien lo sabemos en Concepción después del 27 de febrero...
En este contexto las palabras del P. José Luis fueron certeras: No hay fecundidad si no hay eucaristía, si y sólo si centramos nuestra vida, nuestra oración, nuestra Madrugada en la Eucaristía, culmen de nuestra vida de fe, podremos dar frutos abundantes, podremos resistir los embates de los tiempos.
Tras la foto de rigor pasamos de la Misa a la mesa, que, abundante y generosa, como el corazón de los anfitriones nos permitió acrecentar nuestra hermandad.
Esta celebración, como comentario final, está muy cercana a la fecha en que recordábamos a San Alberto Hurtado, el pasado 18 de agosto, y a pocos días del cumpleaños de nuestra Madre y Reina... elementos que no son fruto del acaso, sino que la Divina Providencia nos invita a vincularnos especialmente a nuestras raíces, a nuestro nombre de comunidad, que es a la vez don y tarea... Ojalá podamos trabajar en ello.
Hasta la próxima.
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