Asistimos como espectadores, por ahora, a una agitación y convulsión social que remece la vida y la conciencia del país, de las instituciones, de la familia, de la persona humana, en otras palabras, del Alma Nacional: parece ser la voz de los tiempos.
No es un hecho nuevo, estas situaciones no surgen solo en el acontecer actual, son expresión de una herencia dolorosa, de una herida que no termina de sanar, acrecentada por la pasividad y la indolencia de muchos, que si bien afectan a una gran mayoría, se focalizan en estratos definidos, como estudiantes, trabajadores, damnificados del terremoto, personas de la tercera edad. La situación es transversal y afecta a muchos chilenos que piden ser considerados por la sociedad y no solo recibir los excedentes del crecimiento.
No pretendemos desentrañar las causas, no aspiramos a sugerir soluciones, no es nuestra competencia, pero los Madrugadores, en la herencia de nuestra misión, padres de familia, sacerdotes, profesionales, trabajadores, estudiantes, hijos, que encontramos en el alba de cada sábado a Dios Padre y Creador de todas las cosas, estamos insertos en esta dolorosa realidad que nos afecta directamente.
No queremos ser sólo espectadores pasivos, resuena en nuestro corazón la impronta DUC IN ALTUM, remar mar adentro, y aspiramos a provocar una reacción en primer lugar en nosotros mismos, en nuestras familias, en nuestros ámbitos de acción, en el país que nos pertenece.
Solos no podemos hacer nada (Cf. Jn 15, 5b). En estos momentos se nos viene a la memoria las palabras que nos dirigiera el recordado Papa Juan Pablo II cuando le dijo a los jóvenes: "No tengáis miedo, miradlo a El"
Por eso queremos, como comunidad de Madrugadores de Montahue - Concepción, convocar a todos los Madrugadores de Chile, a todos los hombres de buena voluntad, en especial a los padres de familia, a todos los varones cristianos sin distinción, a la Primera Madrugada Ecuménica Nacional, que se realizará el próximo sábado 27 de agosto de 2011.
Dicho Encuentro de Oración por Chile, lo realizaremos en la Iglesia Catedral de Concepción, a las 07:00 de la mañana; las comunidades del resto del país, en lo posible, convóquense a la misma hora, en el templo mayor de cada Diócesis, inviten a sus obispos, sacerdotes, diáconos, ministros y varones de todas las Iglesias Cristianas.
Todos juntos, unidos en una sola voz, en una sola alma, elevemos al Padre Creador una oración de súplica para que se imponga la sabiduría en nuestro país:
- - Muéstranos Señor el camino, el sendero de la paz para Chile
- - Abre nuestros corazones y el corazón de todo el país para encontrar las soluciones a los problemas que nos aquejan, por medio del diálogo, de la cooperación.
Oh, Señor, hazme un instrumento de Tu Paz.
Donde hay odio, que lleve yo el Amor.
Donde haya ofensa, que lleve yo el Perdón.
Donde haya discordia, que lleve yo la Unión.
Donde haya duda, que lleve yo la Fe.
Donde haya error, que lleve yo la Verdad.
Donde haya desesperación, que lleve yo la Alegría.
Donde haya tinieblas, que lleve yo la Luz.
Oh, Maestro, haced que yo no busque tanto ser consolado, sino consolar;
ser comprendido, sino comprender; ser amado, como amar.
Porque es: Dando, que se recibe; Perdonando, que se es perdonado; Muriendo, que se resucita a la Vida Eterna.
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