Han pasado ya 15 días de aquel 5 de
mayo, esperado por muchos y que a varios los tenía un tanto indiferentes,
nerviosismos, tensiones, anhelos, organización, todo se cruza y entrecruza,
pero algo flotaba en el ambiente… llegamos tempano, Juan Enrique, el yernísimo,
me pasó a buscar más temprano que de costumbre y ya estaba todo abierto, hubo
quienes nos precedieron, todos trabajaban, uno en esto, otro en aquello, sin
orden previa, ni un esquema preestablecido, cada cual sabía lo que tenía que
hacer y si no se plegaba a la actividad reinante, el ser varón impregnaba el
ambiente, vamos. Vamos, vamos que se puede, podemos hacer de este día una
fiesta… y así fue.
El rezo del santo Rosario dirigido por Arturo, era el preludio de lo que se nos avecinaba, a medida que iban llegando nuestros invitados de la Provincia de Concepción, la sala se iba llenando en los espacios previstos, pensábamos con optimismo que seríamos una 100 a 120 madrugadores…
El invitado principal era don Pedro Ossandón, Obispo Auxiliar de la Arquidiócesis, Madrugador confeso y activo difusor de nuestra corriente en las Asambleas Plenarias de la Conferencia Episcopal, concelebraba el P. Enrique Da Fonseca, en su segunda madrugada y asistidos por dos diáconos, uno de ellos, Pedro Flores, madrugador de la Comunidad San Alberto Hurtado.
Mientras esperábamos en el atrio la llegada de nuestro Obispo, se nos acerca una hermana del Instituto de Nuestra Señora de Schoenstatt, quien estaba en una jornada con cuatro jóvenes que se preparaban para el sacramento de la Confirmación y nos pidieron autorización para asistir a la Santa Misa, a lo que accedimos gustosos y cuando supo que sería presidida por el Obispo, su alegría fue mayor… iniciaríamos la Madrugada con cinco damas entre los asistentes…
La celebración de la Santa Misa no estuvo exenta de incertidumbre, los Madrugadores de Lota no llegaban y estaban a cargo del canto, no contestaban los celulares y temíamos que hubiesen tenido un percance; rápidamente nos socorrimos con los Madrugadores de Colcura, quienes prestamente se encargaron de los cantos iniciales y de la liturgia penitencial, como nos preocupamos del tema de la ausencia de la comunidad de Lota, no registramos en detalle las palabras de Monseñor Ossandón, pero de una cosa sí estamos seguro, disfrutó a concho lo vivido, sabíamos que tenía una actividad cerca de las 10 de la mañana, pues se dio el espacio para acompañarnos y se fue al filo de la hora. En verdad Don Pedro disfrutó con nosotros y fueron varios a los que vimos conversando animadamente con él, mención aparte fue la sesión de fotografías, tanto las exteriores inmediatamente después de la Misa, como aquellas otras durante el desayunáculo. Culminaba la plática de Monseñor Ossandón aparecieron los hermanos de Lota… respiramos tranquilos, después supimos que el atraso se debió a una feroz y encarnizada lucha de un madrugador con la sábana, la que asumió su derrota y dejó partir a este hermano (no supimos quien fue, pero que estaba para un palmetazo en la oreja, lo estaba).
Rescatamos de este primer segmento de la jornada, el ambiente sobrenatural que se vivió, aquellos que no habían estado antes en Montahue estaban sorprendidos de la belleza del lugar, de la acogida de que fueron objeto y muy complacidos todos con la presencia de Monseñor Ossandón.
El segundo bloque de la jornada comenzó por la presentación de las comunidades asistentes y un breve resumen de sus actividades, quizá lo sorprendente fue que la última comunidad fundada, en Laraquete, y a dos semanas de su fundación, ya fundaron una comunidad nueva en la localidad de Rere, cercana al pueblo de Yumbel.
Luego vinieron la motivación y las charlas, partiendo por el origen de los madrugadores, la misión del madrugador, las madrugadas internacionales y el capital de gracias, algunas de las cuales las reproduciremos a continuación de este testimonio.
Se entregaron los capitalarios para dejar constancia de las Contribuciones al Capital de Gracias, elemento indispensable para el éxito del Encuentro 2013 Montahue XIII, previa descripción somera de lo que es el Capital de Gracias. Sobre este punto se insistirá más adelante, cuando sea dado a conocer urbi et orbi.
Pero no todo fueron charlas o testimonios, nuevamente se hizo un alto para compartir una taza de café y galletas, debemos reconocer en esto al team de Jorge Moraga and boys, quienes se lucieron por el esmero, sencillez y prodigalidad de las meriendas y lo que es mejor aún, al concluir la jornada dejaron todo tan ordenado y limpio, que no quedó vestigio físico de la jornada en la sala múltiple.
De lo vivido en este segundo bloque nos queda el convencimiento que los varones de María, porque eso somos los Madrugadores, realmente alcanzan un estilo de vida mariano, dan razón de su fe, de su condición de madrugador y hacen uso de los bienes –en este caso las instalaciones de Montahue- tal y como si fuere María quien lo hiciera: con sencillez, decoro, en orden y limpieza.
La tercera parte de la jornada, la conclusiva, fue la que sobrepasó todas las expectativas. Nos correspondía subir al Santuario y allí luego de una breve liturgia, dar por concluido el encuentro. Sin embargo Ella tenía pensada otra cosa: Luego de concluida la Eucaristía, quedaron guardados en forma transitoria en el tabernáculo de la sacristía los copones con el Santísimo y decidimos llevarlo en procesión; los ministros ordenados se revistieron, los portaestandartes tomaron sus banderas, dos ayudantes los cirios y en solemne y silenciosa procesión, donde sólo se escuchaba el repicar de las campañillas, los 150 varones fuimos a dejar el Santísimo al Santuario… desde hacía ya muchos años y por primera vez en Montahue, fui actor-testigo de una solemne procesión con el Santísimo, donde hubo un sobrecogedor silencio; ese día en Montahue habían otras comunidades de jóvenes y adultos en sus respectivas y particulares jornadas, muchos de ellos interrumpieron su quehacer para adorar a nuestro Señor en su paso, otros sacerdotes presentes se arrodillaron, al recordarlo vuelvo a sentir la piel de gallina, simplemente impactante: los varones podemos guardar absoluto silencio en una procesión. Al llegar al Santuario nos encontramos que chiquillas de la Juventud Universitaria estaban allí en oración, siempre en silencio llegamos hasta los pies de Santuario y cuando el sacerdote y el diácono iban a ingresar –sin que las niñas lo supieran de antemano- comenzaron ellas a cantar una hermosa canción a nuestro Señor, que muchos recios varones no pudieron contener las lágrimas de la emoción que se vivía allí… las niñas luego de ello nos desocuparon el Santuario y, no me pregunten cómo, más de 80 madrugadores hicieron maña e ingresaron al Santuario y no hubo forma de hacerlos salir rápido, sencillamente se quedaron allí y todos juntos entonamos el Himno de Maipú, concluyendo luego con la foto de despedida.
Esta Jornada es el inicio oficial
de la preparación del Encuentro del año 2013, queremos organizarla como una
gran comunidad, los Madrugadores del Gran Concepción, donde todos son
necesarios y ninguno es indispensables, donde frente a nuestro desvalimiento,
María se corona como Reina y Madre, porque Ella es la gran misionera, Ella hará
grandes milagros de gracias.
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