marzo 02, 2013

Sí, me levantaré, volveré junto a mi Padre

Hermosa madrugada la de hoy: como las de antaño. Ella y nosotros, en silencio y paz, adentrándonos profundamente en el misterio de María en Schoenstatt, como el Padre, a través de María, nos quiere educar, educar en la humildad, en la entrega, en el servicio desinteresado de quienes más lo necesitan.

Fuimos tan solo 8, algunos acompañaron a los hermanos de Colcura que recibían a la comunidad de Rancagua que les devolvía la visita. A todos los tuvimos presente en las oraciones y en el corazón.

Silencio y paz: meditamos el Evangelio de hoy, el Hijo Pródigo, pero más bien como lo indica el Magisterio, el Padre Misericordioso, sí, Aquel que sale a recibir al hijo licencioso y arrepentido, como también al hijo mayor que llega y se encuentra con la fiesta, fiesta que no comprende ni acepta, pero el Padre los ama a ambos y quiere que nosotros nos amemos como El nos ama y así le amemos a El.

Llegamos Jorge "George" Moraga, Vicente Nardecchia, Felipe Hansen, Roberto Bravo, Jorge Correa, Benjamín Stuardo, Arturo Ulloa y quien escribe. En nuestras oraciones especialmente tuvimos presente a quienes más lo necesitan de entre nosotros, por ejemplo, Benjamín, Roberto y varios más.

El desayunáculo, con impronta de cuaresma, porque hay que vivir los tiempos de la Liturgia, pero no por ello menos rico, estuvo muy agradable; conocimos entretelones de la regata en la que el equipo de Vicente obtuvo el tercer lugar, con mérito para más de no mediar manos moras; nos preocupan las obras de la rotonda que habrá de construirse para empalmar el camino a Santa Juana con el nuevo puente Chacabuco.

A la conclusión: El tema de fondo del Encuentro de Octubre, parodiando al profeta: "Habla Señor, que tu siervo escucha", de qué quieren que hablemos en el nombre del Señor a los Madrugadores que se congregarán en esta tierra santa mariana. Las voces o más bien, los gritos de los tiempos son claros, la Conferencia Episcopal en la Carta "Humanizar y compartir con equidad el desarrollo de Chile" de septiembre de 2012 nos entrega el diagnóstico hecho y más allá de las fronteras, incluso más allá de los mares, las voces también son claras, vientos de cambio soplan en todas direcciones. Muchos hijos despilfarrando la herencia que nos dio el Padre.

Sí, me levantaré, volveré junto a mi Padre... 

Que María Santísima nos ayude a descubrir cuál es el camino para volver al Padre y que nos enseñe a caminar por esa senda.

Bendiciones a todos

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