Al desayuno sólo se restó uno, que tiene como
compromiso personal regalonear a su esposa con el desayuno, y Dios también allí
está presente.
El diálogo que se dio fue muy enriquecedor, Daniel
tocó un tema sensible e importante: volver a las raíces de nuestra Madrugada, a
esos espacios de silencio exterior, para escuchar al Dios de la vida que ha
hablado en cada uno desde la quincena pasada, tener con Él, a través de María,
ese encuentro íntimo que cada quien y a su manera aspira o quiere tener. Fue
seguido por varios y quedó en el ambiente esa sensación que hacía mucho no
teníamos, es cierto que debemos mirar hacia afuera, hacia otras comunidades,
pero y como dijo Oscar, nunca dejar de madrugar en Montahue, es nuestra
impronta, nuestro sello, nuestro hogar.
El vínculo con otras comunidades debe privilegiarse en
los encuentros provinciales y si alguien quiere ir a visitar a otras
comunidades, es libre de hacerlo, pero nunca dejar de madrugar en Montahue.
Gustavo, a raíz de la experiencia vivida en el día de
ayer, con el Retiro que predicó el P. Humberto, planteó la iniciativa de tener
un retiro para nosotros, en consonancia con lo que hemos estado viviendo,
nuestros desafíos.
Al final y como dijo Gustavo, se dio la vida que es
propia de nuestra comunidad y que muchos, por los testimonios, indicaron que
extrañaban.
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